domingo, 27 de abril de 2014

Nada, Carmen Laforet

Ante la puerta del piso me acometió un súbito temor de despertar a aquellas personas desconocidas que eran para mí, al fin y al cabo, mis parientes y estuve un rato titubeando antes de iniciar una tímida llamada a la que nadie contestó. Se empezaron a apretar los latidos de mi corazón y oprimí de nuevo el timbre. Oí una voz temblona:“¡Ya va! ¡Ya va!”
Unos pies arrastrándose y unas manos torpes descorrieron cerrojos. 
Luego, me pareció todo una pesadilla. 
Carmen Laforet, Nada, capítulo I

Tras la Guerra Civil, una mujer de 23 años escribe una novela que termina por convertirse en testigo de su época, y que gana, nada más y nada menos que el primer premio Nadal (entre otros) el 6 de enero de 1945. Sin embargo, no voy a extenderme más sobre la vida de la autora, de la cual podéis informaros pinchando aquí.

Muchas descripciones de Nada comienzan diciendo que es una “novela autobiográfica…”, pero la propia  Laforet dice algo muy diferente en la introducción a la compilación titulada Novelas (Primera edición de 1957, Barcelona, Editorial Planeta): "Por estas anotaciones y por los fragmentos de mis libros veréis que, si mis novelas están hechas de mi propia sustancia y reflejan ese mundo que –según os explicaba antes soy yo, en ninguna de ellas, sin embargo, he querido retratarme". Así que no voy a aventurarme a hacer cábalas al respecto. Lo que es indudable es que Nada es una novela de carácter existencialista en la que la autora refleja el estancamiento y la pobreza en la que se encontraba esa triste España de posguerra y que su estilo literario supuso una renovación en la prosa de la época. Pero no solo eso, puesto que junto a obra de Cela Pascual Duarte, también revolvió las aguas mansas de la literatura de posguerra. Y es que desde el régimen franquista, y a través de la Sección Femenina, en esa época (recordad que hablamos de 1944) se divulgaba la idea de la menor capacidad intelectual de la mujer frente al varón. Las novelas de consumo femenino las protagonizaban muchachas temerosas de Dios y románticas que conocían a un caballero enigmático con el que acababan casándose... Y en Nada, no ocurre nada de eso. 

Pero basta ya de tanta palabrería. Aquí os dejo un par de vídeos. El primero os servirá para ver los diversos escenarios por los que Andrea se mueve:



Y el segundo es un fragmento de la adaptación cinematográfica de la obra. Es un tanto viejuna, pero es que es de 1947 (sí, en esa época ya había electricidad, si es una cuestión que se le ha ocurrido a alguno...):
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario