domingo, 9 de marzo de 2014

Latinismos



A priori, parece que los latinismos no están muy presentes en nuestro día a día. Sin embargo, aun a riesgo de ser considerada una rara avis, he decidido escribir ex professo un breve texto intercalando algunos de ellos para que veáis que son más frecuentes de lo que pensáis. Y lo comprobaréis ipso facto.
El quid de la cuestión es encontrar algunos de uso común. Aunque tampoco es tan complicado: ¿quién no ha oído alguna vez curriculum vitae, post data, referéndum, modus operandi, numerus clausus, in extremis o in vitro? Sin contar una de mis expresiones favoritas, lapsus linguae ni dejar de recordar el famoso ecce homo que tan famoso fue hace un tiempo...
A priori, hay unas cuantas palabras y expresiones latinas perviven en el castellano actual, ¿verdad? Pues a través de este vídeo del programa de televisión Saca la lengua (TVE2) repasaremos algunas de ellas:


Ahora, toca algo de culturilla. La palabra latinismo se forma a partir del adjetivo latinus, que designaba tanto al habitante del Latium (región del centro de Italia cuya capital era Roma ), como a la lengua característica de sus habitantes, el latín, que se expandió a múltiples territorios (y recuerda que de su evolución surgieron las lenguas romances, de las que ya comentamos algo aquí). Hoy en día, este término hace referencia a palabras o expresiones latinas que se ha incorporado a una lengua manteniendo su forma original. Aunque también hay que mencionar que hay latinismos que están tan integrados, que han llegado a adptar las modificaciones propias del castellano, como sucede con “agenda”,  “ultimátum”, "accésit" o "currículum", verbi gratia.
En todo caso, si vamos a usarlos, es mejor hacerlo correctamente, así que atentos: con la nueva Ortografía de 2010 la RAE ha decidido que los latinismos que no se han adaptado al castellano reciban el mismo tratamiento que los extranjerismos y, por tanto, se escriban en cursiva. Eso sí, las voces tomadas del latín que se han incorporado a la nuestra lengua ("superávit", "sumun", "estatus", etc.) se adecuarán a los patrones ortográficos del castellano y se escribirán en redonda y con tilde, si fuera necesario. 

Y lo único que resta es poner una lista de latinismos (cuando una forma tiene su adaptación al castellano, la incluyo entre paréntesis): 
- A posteriori: Con posterioridad, algo que se deja para después de lo que nos ocupa. Reflexión conclusión que se logra cuando ya todo ha pasado y se tienen los argumentos o pruebas necesarios. “Es muy fácil explicar a posteriori lo que ocurrió en entonces”   
- A priori: Antes de algo, especulación, previo a lo que dará explicación al hecho o incluso al propio hecho. “A priori, no te veo preparado para el examen”. 
- Accessit (accésit): premio o recompensa inmediatamente inferior al principal. “El concurso de literatura consistirá en un primer premio y dos accésit”. 
- Ad hoc: Especial para un fin, hecho a medida o a propósito para algo. “Para explicar los latinismos, he hecho una entrada ad hoc”. 
- Alter ego (álter ego): Persona que puede sustituirnos completamente o en quien tenemos para ese fin confianza absoluta. Doble de uno mismo. Personaje de ficción cuando está basado en alguien sin que se trate de una biografía de ese alguien. “Batman es el alter ego de Bruce Wayne”.  
- Ante meridiem (ante merídiem): Literalmente, antes del mediodía. “Nunca permite que se le llame ante meridiem”. 
- Corpore insepulto (córpore insepulto): celebración o rito religioso, previo al enterramiento o cremación, con el cadáver expuesto y adecuadamente preparado. “A las 12 se celebrará la misa córpore insepulto". 
- Curriculum vitae (currículum vítae): Relación de títulos, cursos, méritos o experiencia que califican a una persona, normalmente relativos a la vida laboral. “Entrega tu curriculum vitae y quizá tengas suerte y te llamen”. 
- De facto: De hecho. Que sucede sin atenerse a una norma o ley establecida. “Aunque no ha tomado posesión, ya es presidente de facto”. 
- Ex aequo: Cuando un premio es compartido por dos o más participantes en igualdad de condiciones y honores. “El jurado decidió otorgar el primer premio ex aequo a las dos obras más votadas”. 
- Ex abrupto / exabrupto: Este es un caso especial, pues no significa lo mismo separado que junto. “Ex abrupto” significa de improviso, bruscamente, mientras que un exabrupto es una salida de tono o gesto inconveniente o fuera de lugar. “Se presentó en casa ex abrupto”. “Le dije que no estaba dispuesta a tolerar tales exabruptos en clase”. 
- Ex cathedra (ex cáthedra o ex cátedra): En tono magistral o académico, que no admite duda. “Pronunció su discurso serio, ex cátedra”. No hay que confundir con la expresión, locución verbal, “sentar cátedra”, que significa  (por ejemplo: “cuando se documenta habla sentando cátedra”).
Ejemplo de Ex libris
- Ex libris: Etiqueta, marca, o escritura en el reverso de los libros para identificar a qué persona, institución o biblioteca pertenece. “Me encanta tu ex libris. 
 - Ex professo (ex profeso): en especial para algo, con intención, con un propósito. “No fue casualidad, me llamó ex profeso para ver cómo me encontraba”. 
- Ex voto (exvoto): Ofrenda relacionada con el milagro o beneficio logrado que se cuelga, a modo de agradecimiento, de un muro, normalmente destinado a tal fin. “La pared estaba llena de exvotos: piernas de cera, pequeñas figuras de bebés, muletas que ya no eran necesarias y hasta mechones de cabello”.  
- Grosso modo: A bulto, aproximadamente,  a grandes rasgos: “Se han calculado los desperfectos grosso modo” 
- In extremis: En el último instante de una situación difícil o apurada. “Logró pasar de curso in extremis”.
- In situ: En el mismo lugar. “Se dirigió a la escena del crimen para investigar in situ”. 
- In vitro: Elaborado o reproducido en el laboratorio. “Se había logrado reproducir la mutación del virus de la gripe A in vitro”.
- Ipso facto: Instantáneamente, muy rápido. “Si tienes problemas, llámame ipso facto”.
- Motu proprio: Por voluntad propia, sin coacción de ningún tipo. “Yo no le ordené nada; lo ha hecho motu proprio”.
- Per se: Por sí mismo o por sí solo. “Me dijo que el ser humano no es necesariamente bueno o malo per se”.
- Post meridiem (post merídiem): Después del mediodía. “El desayuno nunca se sería post meridiem”.
- Quid pro quo: Cambio justo. Dar algo equivalente a lo que se recibe. “Un matrimonio debe mantener un quid pro quo”.
- Rara avis: Persona, cosa o situación extraordinaria, que no cumple las normas o cánones que la mayoría. “Mi amiga es un tanto peculier, es una rara avis”.
- Sine die (sine díe): sin una fecha establecida, indefinido. “La reunión se aplazó sine díe”. 
- Sine qua non (condición sine qua non). Una condición indispensable para un fin o un efecto. “Para comprar esa casa, considero la plaza de garaje una condición sine qua non”.
- Statu quo: Situación de algo en un momento determinado. También, privilegios que se disfrutan en la actualidad o en una época a la que nos estamos refiriendo. “Hizo todo lo posible por que pudiésemos mantener el mismo statu quo que antes de la fusión de las dos empresas”. 
- Sui generis (sui géneris): A su modo, a su manera, lo utilizamos cuando consideramos que algo es extraño y fuera de los cánones habituales para su clase. “Tenía una manera de andar sui géneris (balanceándose de un lado a otro y de atrás hacia delante), 
- Vade retro: Expresión que se utiliza para rechazar o poner en fuga a algo o alguien. Famosa es la exclamación “¡Vade retro, Satanás, criatura del demonio!” 
- Verbi gratia: Por ejemplo. “Hay faltas imperdonables, verbi gratia, no poner nunca tilde”. 
- Versus: Aunque se trata de un anglicismo, procede directamente del latín. Significa enfrentamiento (referido a batalla, lucha, deporte, etc.) a alguien o algo. “Siempre ha existido la pugna de Occidente versus Oriente; el Norte contra el Sur”.
- Vox populi (vox pópuli): Conocido por todos. “Aunque la noticia no se hizo oficial hasta la noche, era vox pópuli desde primera hora de la mañana”.
  
Para aplicar lo que hemos aprendido, aquí tenéis un par de enlaces:
- Ejercicio 1. (Hay alguno más de los que aparecen en la lista, pero pincha aquí y accederás a un buscador que te dirá el significado de aquel que no venga).

Y ahora, ¿seríais capaces de escribir motu proprio algún texto en el que se puedan intercalar cuatro latinismos?

viernes, 7 de marzo de 2014

Jura de Santa Gadea




La Jura de Santa Gadea es una leyenda medieval transmitida por el romance con el mismo nombre («Romance de la Jura de Santa Gadea»), en la que se narra el juramento que supuestamente hubo de prestar el rey Alfonso VI el Bravo en la iglesia de Santa Gadea de Burgos, a finales del año 1072, a fin de demostrar que no había tomado parte en el asesinato de su propio hermano, el rey Sancho II el Fuerte, quien muere, en extrañas circunstancias, durante el Cerco de Zamora.

Este hecho no se produjo históricamente, pero si hubiera sucedido, podría haber explicado la aparente animadversión que Alfonso sentía hacia Rodrigo Díaz de Vivar y que le llevó a su injusto destierro.  

Pero vayamos por partes. Para entender cómo a un simple infanzón se le ocurre pedir cuentas al rey (¡nada menos que al rey!), tendríamos que saber un cómo se las gastaron los hijos de Fernando I en lo que al ascenso al tronose refiere.

Alfonso, como ya hemos dicho, era hijo de Fernando I de León. Pero no era su único vástago, puesto que tuvo dos hermanos (Sancho y García) y dos hermanas (Elvira y Urraca). 

Como segundo hijo varón del rey, a nuestro querido Alfonso no le habría correspondido heredar. Sin embargo, en 1063, Fernando I convocó una Curia Regia para dar a conocer sus disposiciones testamentarias: decidió repartir su patrimonio entre sus hijos, en en lugar de dejar que el primogénito heredase todo:

- A Alfonso le correspondió la principal corona, el Reino de León, y los derechos sobre el reino taifa [1] de Toledo.
- A su hermano, el primogénito Sancho, le correspondió el Reino de Castilla, creado por su padre para él, y las parias [2] sobre el reino taifa de Zaragoza. 
- A su hermano menor, García, le correspondió el Reino de Galicia y los derechos sobre el reino taifa de Sevilla y el reino taifa de Badajoz. 
- A su hermana Urraca le correspondió la ciudad de Zamora. 
- Y a su hermana Elvira, la ciudad de Toro.

Tras su coronación en la ciudad de León en enero de 1066, Alfonso tuvo que enfrentarse con los deseos expansionistas de su hermano Sancho quien, como primogénito, se consideraba el único heredero legítimo de todos los reinos de su padre. Los conflictos se inician cuando en 1067 fallece la reina Sancha, suceso que abrirá un periodo de siete años de guerra entre los tres hermanos y cuyo primer acto tendrá lugar el 19 de julio de 1068 cuando Alfonso y Sancho se enfrentan en Llantada (en la frontera entre el reino de León y el reino de Castilla, cerca del actual pueblo de Lantadilla, Palencia), en un juicio de Dios u ordalía [3] en el que ambos hermanos pactan que el que resultase victorioso obtendría el reino del derrotado. Aunque Sancho vence, Alfonso no cumple con lo acordado, pero eso no es óbice para Alfonso acudiera a la boda de Sancho con una noble inglesa y se uniera con su hermano mayor para repartirse el reino de Galicia, que le había correspondido a García. Tras eliminar a su hermano, Alfonso y Sancho se titulan reyes de Galicia y firman una tregua que se mantendrá durante tres años.

La tregua se rompe y las Sancho sale victorioso: Alfonso es apresado y encarcelado. Sin embargo, logra escapar y refugiarse en la taifa de Toledo. Desde allí, logra el apoyo tanto de su hermana Urraca como de la nobleza leonesa que se hacen fuertes en la ciudad de Zamora (que se hallaba en manos de su hermana, la infanta Urraca) obligando a Sancho, en 1072, a sitiar la ciudad para someterla.

En el transcurso del asedio, el rey Sancho muere, y como no había dejado descendencia, Alfonso pudo recuperar su trono y reclamar para sí Castilla y Galicia [4]... 

No es de extrañar que la nobleza castellana tuviera cierto relelo con respecto a Alfonso. Y sin embrago, el único que se atreve a plantarle cara al rey es el Cid, que no es precisamente de la alta nobleza...

El romance dice así:

En Santa Gadea de Burgos
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
Las juras eran tan recias
que al buen rey ponen espanto.
—Villanos te maten, rey,
villanos, que no hidalgos;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
traigan capas aguaderas,
no capuces ni tabardos;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
cabalguen en sendas burras,
que no en mulas ni en caballos,
las riendas traigan de cuerda,
no de cueros fogueados;
mátente por las aradas,
no en camino ni en poblado;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
sáquente el corazón vivo,
por el derecho costado,
si no dices la verdad
de lo que te es preguntado:
si tú fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
de los suyos más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni Papa descomulgado.
Jura entonces el buen rey
que en tal nunca se ha hallado.
Después habla contra el Cid
malamente y enojado:
—Mucho me aprietas, Rodrigo,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas si hoy me tomas la jura,
después besarás mi mano.
—Aqueso será, buen rey,
como fuer galardonado,
porque allá en cualquier tierra
dan sueldo a los hijosdalgo.
—¡Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no me entres más en ellas,
desde este día en un año!
—Que me place —dijo el Cid—.
que me place de buen grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno
yo me destierro por cuatro.
Ya se partía el buen Cid
sin al rey besar la mano;
ya se parte de sus tierras,
de Vivar y sus palacios:
las puertas deja cerradas,
los alamudes echados,
las cadenas deja llenas
de podencos y de galgos;
sólo lleva sus halcones,
los pollos y los mudados.
Con el iban los trescientos
caballeros hijosdalgo;
los unos iban a mula
y los otros a caballo;
todos llevan lanza en puño,
con el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Por una ribera arriba
al Cid van acompañando;
acompañándolo iban
mientras él iba cazando.

Aquí tenéis una versión cantada, más breve, eso sí:




[1] Las taifas (en árabe dicha palabra palabra que significa "bando" o "facción") fueron hasta treinta y nueve pequeños reinos en que se dividió el califato de Córdoba después del derrocamiento del califa Hisham III (de la dinastía omeya) y la abolición del califato en 1031. 
[2] Impuesto que pagaban los reinos de taifas (1031–1492) a los reyes cristianos para que no les atacasen y para que fuesen protegidos de los propios enfrentamientos que se producían entre los reinos taifas o de los ataques de otros reinos cristianos. 
[3] El significado etimológico proviene de la palabra inglesa “ordeal” que significa juicio o dura prueba que debe atravesar aquella persona (el acusado) para poder demostrar su inocencia.
El Juicio de Dios entre Alfonso VI y Sancho II, consistió en un combate singular entre caballeros armados o campeones (normalmente a muerte) en un terreno neutral. Cuenta la leyenda que El Cid (como representante de Castilla) venció al navarro Jimeno Garcés, Conde de Lizarra, y que debido a ello, desde el Rodrigo obtiene el título de Campeador ("Campi docti" o  maestro en el campo de batalla).
Pero la ordalía también se practicaba con el resto de estamentos, y era más cruel.
Normalmente, la ordalía o prueba judicial se realizaba en la iglesia, y había de muy diversos tipos como, por ejemplo, la pena caldaria o prueba del agua hirviendo que consistía en debían meter la mano en el agua hirviendo hasta la muñeca (si la acusación era simple) o  hasta el codo (si era compleja); entonces, y se envolvía la mano, el juez colocaba un sello y al tercer día se examinaba el resultado de la prueba: si había quemadura, el acusado era culpable, y si no las había, era inocente.
Otro tipo de prueba era la del hierro ardiendo o candente, para la cual se enrojecían al fuego nueve o doce rejas de arado, que el acusado debía sujetar; en otros casos, debía meter la mano y mantenerla dentro de un guantelete de hierro al rojo o recorrer descalzo una superficie de 3 a 4 metros cubierta de brasas incandescentes. Si salía indemne, se sobreentendía que Dios lo había considerado inocente. 
[4] La muerte de Sancho también fue aprovechada por García para recuperar su propio trono, pero le duró bien poco. Al año siguiente, en 1073, fue llamado por Alfonso a una reunión, donde fue apresado y encarcelado de por vida en el castillo de Luna. Allí fallecería finalmente en 1090. Así pues, Alfonso se convirtió finalmente el rey de León, Castilla y Galicia.

Blas de Otero



Blas de Otero
BIOGRAFÍA:


Blas de Otero Muñoz nace en la calle Hurtado de Amézaga de Bilbao el 15 de marzo de 1916, en el seno de una acomodada familia burguesa.  A los 7 años entra en el colegio de Juana Whitney, madre de María de Maeztu, si bien el preparatorio e ingreso de Bachillerato lo estudia en el Colegio de los Jesuitas de Indautxu, lugar donde recibe una educación religiosa con la que rompería más tarde. De hecho, el colegio, en oposición a su casa (que representaba para él era para él un refugio y remanso de paz) representaba una especie de infierno represor para el joven Blas.

En 1927, debido a problemas económicos derivados de la crisis que sacudió Europa por esas fechas, su familia se traslada a Madrid, donde cursa Bachillerato. Permanece en la capital durante cinco años y es allí donde empieza a componer sus primeros versos

Cuando Blas de Otero tiene trece años, muere su hermano mayor y tres años después (en 1932), su padre. Estos dos hechos son de vital importancia, tanto en cuanto determinan su carácter y su futuro: el poeta se vuelve introvertido y pesimista, y comienza la licenciatura de Derecho (“iba a estudiar Letras, pero un hermano que murió a los dieciséis años había iniciado ya Derecho y mi familia me animó a ocupar su lugar”).  Poco después tiene que abandonarla para volver a su ciuda natal, Bilbao, con su con su madre y sus dos hermanas, ya que la situación de ruina se agrava en la familia tras la desaparición del padre.Sobre él recae principalmente, como único varón, la responsabilidad de rehacer la maltrecha economía familiar. A este desvío vocacional seguirán años de renuncias hasta conseguir el título de abogado.

La Guerra Civil le sorprende con la carrera de Derecho recién terminada. Se alista en el batallón vasco como sanitario pero, tras la caída de Bilbao, es llamado a filas y enviado al frente de Levante. Una vez acabada la guerra, comienza a trabajar como abogado en una empresa metalúrgica vizcaína, sin que ello le impida abandonar su verdadera vocación: la poesía. En 1942 publica su primer libro de poemas: Cántico espiritual, dedicado a San Juan de la Cruz.
Finalmente, abandona la fábrica y en noviembre de 1943 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, carrera que consideró la más apropiada para satisfacer, al mismo tiempo, sus deberes familiares y su voz interior. En Madrid entra en contacto con los principales poetas que entonces recibían el magisterio de Dámaso Alonso y de Vicente Aleixandre.
Pero el deber le llama de nuevo desde Bilbao al recibir la noticia de la grave enfermedad de su hermana, lo que le obliga a abandonar el curso ya empezado. El sacrificio supera lo soportable, y sufre una crisis depresiva (tan profunda que incluso decide ingresar en un sanatorio, aunque aquellos métodos curativos no logran acomodar y reducir su rebeldía). Sin embargo, su vocación de escritor sale reforzada tras la crisis, y si bien comienza a impartir clases particulares de Derecho, no deja de componer versos, que va publicando en diferentes revistas literarias. Estos poemas son los que más adelante formarán parte de Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). Con estas obras consigue convertirse en un poeta de reconocido prestigio y abandona definitivamente la enseñanza para volcarse en su carrera literaria. 
El año 1952 es crucial para la vida y la obra de Blas de Otero. Por primera vez sale de España y de marcha a París, donde entra en contacto con los exiliados españoles comunistas y, a través de sus lecturas y las conversaciones, asume la interpretación marxista de la historia que dibuja una futura sociedad donde reine la armonía, basada en la justicia y la dignidad para todos. Se afilia al Partido Comunista de España en 1952 y comienza su etapa de poesía social, se acentúa su compromiso político y social.

En 1953 regresa a España, vive en Barcelona durante tres años y viaja por numerosas provincias y ciudades dando conferencias y recitales. Este periplo por diferentes lugares de la geografía española le hace también entrar en contacto con la clase obrera. Su labor como conferenciante también hace que visite varios países en los que ha triunfado la revolución socialista: China, la Unión Soviética y Cuba. Precisamente es en la capital cubana donde conoce a la que sería su primera mujer: Yolanda Pina. Pero, tras divorciarse de ella tres años después de su matrimonio, regresa definitivamente a España. Allí, tras superar una operación de cáncer que lo colocó al borde de la muerte, se establece en Madrid. Los últimos años de su vida son de estabilidad sentimental junto a Sabina de la Cruz. Muere en su casa de Majadahonda (Madrid) el 29 de junio de 1979, pocos meses después de haber cumplido sesenta y tres años, a causa de una embolia pulmonar.

Otero ha sido considerado por amplios sectores de la crítica como uno de los  poetas más relevantes del panorama lírico español de la 2ª mitad del siglo XX. Fue Premio Boscán de poesía en 1950 por Redoble de conciencia, y Premio de la Crítica en 1959 y Premio Fastenrath en 1962 por Ancia.
 


PRODUCCIÓN POÉTICA
  

Expresión y reunión, Blas de Otero, Alianza Editorial
La producción literaria de Blas de Otero suele dividirse en tres etapas claramente diferenciadas. Así, en un primer momento el poeta se centrará en sus problemas personales, existenciales y religiosos para, a continuación, volcarse en los problemas colectivos. Finalmente, a partir de 1965, se advertirá en su obra la búsqueda de nuevas formas, aunque sin abandonar su preocupación por el hombre.

1. Primera etapa: poesía existencial.

En 1942 Blas de Otero publica Cántico espiritual (1942), cuaderno de poemas de tono religioso que, junto con algunas composiciones poéticas que aparecieron en diversas revistas entre 1941 y 1943, pertenece a lo que se ha llamado “prehistoria” del poeta. Son obras que ya revelaban las dotes poéticas de Otero, pero de las que él mismo renegó hasta el punto de que las omitía en sus antologías poéticas. Respetemos, por tanto, su voluntad, y centrémonos en los libros de poemas publicados en 1950 y 1951 respectivamente: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.  Años más tarde, en 1958, fundiría estos dos libros en un solo volumen al que titularía Ancia (palabra formada por la primera sílaba de Ángel fieramente humano y la última sílaba de Redoble de conciencia). En él se incluyen, además, 36 poemas inéditos, escritos en su mayoría entre 1945 y 1950.
Dámaso Alonso situó al Blas de Otero de este periodo dentro de lo que él denominó “poesía desarraigada”, de una poesía que expresa la angustia y el dolor del hombre. Estamos, pues, ante una etapa en la que domina el “yo”. No obstante, dentro esta etapa nos encontramos con varias direcciones temáticas
 
1. Por un lado, tenemos una poesía a la que se podría denominar “metafísica”. Son poemas cargados de angustia en los que se interroga sobre el sentido de la vida, del mundo, del hombre, y en los que a menudo se dirige a Dios. Pero no a un Dios benevolente y generoso sino a un Dios terrible, parecido al del Antiguo Testamento, a un Dios que no responde a los gritos desgarrados del poeta. Muestra de ello es el impresionante soneto titulado “Hombre”, de Ángel fieramente humano, que comienza con estos versos:
                               Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
                               al borde del abismo, estoy clamando
                               a Dios. Y su silencio, retumbando,
                               ahoga mi voz en el vacío inerte.


2. Por otro lado, tenemos poemas amorosos, como el titulado “Un relámpago apenas”, de Ángel fieramente humano. En estas composiciones el amor se presenta como un camino para salvarse del dolor y de la angustia que atenaza al poeta y como una manifestación más de su ansia de Dios. De ahí que lo amoroso y lo religioso aparezcan en ocasiones claramente entrelazados.

3. En tercer lugar, encontramos también en esta etapa poemas en los que se produce un primer acercamiento al “nosotros”. Este es el caso, por ejemplo, de “Crecida”, poema perteneciente a Ángel fieramente humano. En estas composiciones el poeta no se limita a hablar solamente de su propio sufrimiento sino que recoge también los problemas y las angustias de los demás hombres. En cualquier caso, lo social todavía no se hace claramente explícito ya que estas composiciones conservan todavía un marcado enfoque existencial.

En cuanto al lenguaje, los poemas de esta etapa se caracterizan por su violencia expresiva, su dramatismo, su ritmo desgarrado y angustioso. Los constantes encabalgamientos abruptos constribuyen, en buena medida, a producir esta sensación de desgarro y violencia. Y, respecto a las formas métricas empleadas, Otero recurre fundamentalmente a formas clásicas. De hecho, la mayor parte de Ángel fieramente humano está formada por sonetos.


2. Segunda etapa: poesía social

Esta nueva etapa poética,  en la que la preocupación social desplaza definitivamente a la angustia metafísica, se inicia en 1955 con la publicación de Pido la paz y la palabra (Nota bene: Esta obra tropezó con la censura española de la época, a pesar de lo cual Blas de Otero consiguió que fuera publicada. Para ello, al parecer, introdujo algunas modificaciones en sus versos y contó, además, con la ayuda de algunos amigos y conocidos afines al régimen franquista que consiguieron que el libro pudiera editarse finalmente sin problemas). 

A este libro le siguen dos obras publicadas en París: En castellano, publicada en 1959 (Nota bene: Ante Ante las insalvables dificultades para su publicación en España debido a la censura, esta obra ve la luz en Francia con el título de Parler clair, en edición bilingüe y con traducción de Claude Couffon. Se ha dicho que éste es el libro más comprometido del autor desde el punto de vista político ya que en él se denuncia, sin rodeos ni disfraces, la situación política del momento. Un año después de su aparición en Francia, En castellano aparece publicado en México. La primera edición española no vio la luz hasta 1977) Que trata de España en 1964 (Nota bene: Este libro apareció publicado en Barcelona en 1964 en una edición mutilada, después de que la censura española eliminara casi la tercera parte de los poemas. Ese mismo año se editó la obra completa en Francia. Por lo tanto, en la edición francesa de 1964 están presentes todos los poemas que habían sido censurados en España). 

En esta etapa el poeta deja a un lado sus problemas existenciales, el dolor y la angustia que lo embarga, y se sumerge en los otros, convirtiéndose así en portavoz de los que sufren. El camino que no encontró en la religión, lo encuentra ahora en la solidaridad. Es lo que Alarcos Llorach en La poesía de Blas de Otero sintetizó con estas acertadas palabras: “del yo al nosotros”. Por otro lado, esta es una época de constantes viajes (Francia, Cuba, Rusia...) que coincide con la militancia de Blas de Otero en el Partido Comunista.

La primera estrofa del poema “A la inmensa mayoría”, de Pido la paz y la palabra,  recoge de forma magistral este profundo giro hacia lo social que sufre la poesía de Blas de Otero:
                               Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre,
                               aquel que amó, vivió, murió por dentro
                               y un buen día bajó a la calle: entonces
                               comprendió: y rompió todos sus versos.

En otros poemas de esta etapa evoca su vida y el doloroso pasado marcado por la guerra, al mismo tiempo que reclama la paz y la justicia. Y muy significativos son también los poemas en los que evoca con amor las tierras españolas (ciudades, pueblos…), temas presentes ya en Pido la paz y la palabra, pero que se hacen mucho más numerosos en Que trata de España. 

Por otro lado, en esta etapa, en la que Blas de Otero se dirige a lo que él mismo denominó “la inmensa mayoría” (en contraste con Juan Ramón Jiménez, que dedicaba su obra “a la minoría, siempre”), el poeta buscará un lenguaje más sencillo y asequible. Sin embargo, esta aparente sencillez encubre un gran cuidado formal que se pone de manifiesto en la rigurosa construcción de algunos poemas y en la presencia de abundantes recursos literarios. Y, en cuanto a las formas métricas, se aprecia en esta época una mayor presencia de la lírica popular, si bien también nos encontramos con algunos sonetos y poemas en versos libres.



3. Tecera etapa: búsqueda de nuevas formas

A partir de 1965 Blas de Otero, como otros muchos poetas sociales, emprende la búsqueda de nuevos caminos para su poesía. 
Pertenecen a esta etapa el libro Mientras de 1970 (Nota bene: En una nota que del autor al final de su libro señala que la mayor parte de los poemas que integran Mientras pertenecen a un libro que llevará por título Hojas de Madrid. Sin embargo, Hojas de Madrid  quedó inédito a su muerte)  Historias fingidas y verdaderas también de 1970, innovador compendio de poemas en prosa. Estos son los últimos títulos que vio publicados su autor.

Posteriormente, en 2010, treinta y un años después de su muerte, la editorial Galaxia Gutenberg publicó Hojas de Madrid con La Galerna; y en 2013 esta misma editorial sacó a la luz la Obra completa de Blas de Otero. La edición de estos dos últimos libros se debe a Sabina de la Cruz, compañera de Otero en sus últimos días de vida y albacea de su legado literario.

Desde el punto de vista temático, se aprecia en este periodo una mayor presencia de la intimidad, si bien no abandona del todo sus preocupaciones sociales. Y en lo que se refiere a cuestiones formales, lo más característico de esta etapa es la preferencia por formas métricas muy libres y un enriquecimiento de la lengua poética, que se pone de manifiesto, por ejemplo, en la aparición de imágenes insólitas y, en ocasiones, en un cierto hermetismo. Es clara la influencia del surrealismo. 



Bibliografía: 
ALARCOS LLORACH, Emilio, La poesía de Blas de Otero, Ed. Anaya, Salamanca, 1966.  
OTERO, Blas de, Obra completa (1935-1977), Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández, Galaxia Gutenberb /Círculo de Lectores, Barcelona, 2013. 
TUSÓN, Vicente y LÁZARO CARRETER, Fernando, Literatura Española, Anaya, Madrid, 1987. 
http://www.fundacionblasdeotero.org/es 
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/cronologia.pdf